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Primer ingrediente: No se trata de ti
Lo primero que tienes que tener claro es que no se trata de ti, y aunque tú seas la base central de tu proyecto y estés creando y compartiendo contenido desde tu experiencia, tus vivencias y tus conocimientos siempre que escribes o creas cualquier tipo de contenido tienes que tener a tu lector ideal en mente.
Siempre tienes que estar aportando valor con lo que estás comunicando…
• ¿Qué estás enseñando?
• ¿Qué estás mostrando?
• ¿Cómo estas mejorando, haciendo más fácil o ayudando a tu lector ideal?
Si cuando has terminado de escribir el contenido te haces esas preguntas y la respuesta es “nada”, no estás usando tus palabras para aportar valor.
Vuelve a empezar de nuevo, siempre teniendo en mente que no se trata de ti, se trata de aportar valor a las personas que van a consumir tu contenido.
Si aportas valor a tu lector, siempre querrá seguir consumiendo tu contenido porque con él se beneficia. Recuerda: no se trata de ti, se trata de ellos.
Segundo ingrediente: No se trata de gustar a todo el mundo
Cuanto más específica seas, mejor, por eso debes de centrarte en crear contenido para un tipo de lector especifico, tu lector ideal, que es aquel que más se puede beneficiar con lo que tienes que ofrecer, y normalmente este no puede ser todo el mundo.
He hablado mucho de esto otras veces, pero vuelvo a mencionarlo de nuevo, no puedes aportar valor a todo el mundo precisamente porque no todo el mundo tiene las mismas necesidades.
Para ello debes definir quién es tu lector ideal y olvidarte de la idea de agradar a todo el mundo.
Si intentas crear contenido para todo el mundo te resultará tremendamente difícil crear contenido que seduzca, transforme y encante a tus lectores, eso sí, si das con tu lector ideal e identificas cómo puedes aportarle valor y lo vuelcas en tu contenido, este querrá más y más de ti porque pensará ¡es eso justo lo que necesito ahora, esto es lo que estaba buscando, esto es lo que me va a ayudar a hacer eso que ahora quiero hacer!
Si a esto le unes el siguiente ingrediente, te aseguro que tu lector se sentirá muy atraído por tus contenidos.
Tercer ingrediente: No se trata de ponerlo difícil
Cuando estás escribiendo el contenido, creando un video, un audio o la herramienta que sea que utilices para compartir tu mensaje, debes pensar en que debes hacerlo fácil para tu lector, a nadie le gusta estar descifrando algo y pocos nos sentimos atraídos por leer algo que no comprendemos, para ello debes usar terminología que se adapte con tu lector ideal, y crear el contenido de tal manera que enganche, normalmente cuanto más sencilla sea tu forma de expresar, incluso cuando estás compartiendo conceptos complejos, más les gustará a tu lector porque se sentirá que te entiende.
Ahora bien, no me entiendas mal, no se trata de utilizar vocabulario insípido, se trata de usar palabras, expresiones, ideas, historias, ejemplos o vivencias de tal manera que tu lector ideal pueda comprender lo que está leyendo…
No sé si te habrá pasado alguna vez que empiezas a leer un post, a ver un video o leer un artículo porque el titulo te ha atraído, pero a medio camino has perdido el interés porque o no entendías nada o no sentías que ibas a aprender nada con ello.
Por eso una vez más es vital que conozcas a tu lector ideal para que también sepas cómo se comunica y puedas comunicarte con el de la misma forma. |
